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Guía Introductoria A Una Sexualidad Positiva

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Текст бизнес-книги "Guía Introductoria A Una Sexualidad Positiva"


Автор книги: Gonzalez R. Rosenstock Yael


Раздел: Личностный рост, Книги по психологии


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Guía Introductoria

a una Sexualidad Positiva

Teoría, práctica y consejos

Por Yael Rosenstock

Copyright © 2020 Yael Rosenstock

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida de ninguna forma por ningún motivo sin el permiso expreso y por escrito de la autora.

Traducido al español por Mariela Pez Miana

Editorial Kaleidoscope Vibrations, LLC



Dedicación

Este libro está dedicado a todas aquellas personas que han sentido vergüenza, confusión y temor en relación con el sexo y la sexualidad. Es para aquellos que han sufrido que se les llame puta, mojigata o mariquita. Para cualquiera que haya sido coaccionado, forzado o de alguna manera obligado a participar en una actividad sexual no deseada.

Está pensado para todas aquellas personas que están tomando el control de su propia sexualidad. Para quienes están orgullosos de ser los seres sexuales que son, tal y como son, y para quienes quieren crear experiencias sexuales positivas con sus compañeros sexuales.

Este libro está dedicado a todas las versiones de mí misma, las que he sido y las que seré: avergonzada, asustada, intimidada, confundida, herida, feroz, sexy, poderosa y reina.

Prefacio

Conocí a Yael Rosenstock cuando mi colega Diana Romero y yo estábamos dando un seminario íntimo en el Centro de Estudios de Posgrado CUNY sobre el bienestar sexual y reproductivo, las disparidades de la salud y la inequidad social. Éramos ocho mujeres cisgénero, pero con una amplia variedad de identidades sexuales y provenientes de distintos trasfondos educativos, étnicos, religiosos, de idioma y de clase, y con distintos estilos de vida fuera del aula que ahora ocupábamos. Estábamos comprometidas con el feminismo inclusivo y con trabajar para garantizar la mejor calidad de salud posible para la mayor cantidad de personas posible, siendo el nuestro un objetivo favorable al placer, diverso en cuanto a género y sexualmente no prescriptivo. Se trata en realidad de un objetivo práctico, incluso modesto, pero puede parecer inalcanzable e irreal a medida que se acumulan obstáculos políticos y económicos que dificultan su realización.

Unido a estos compromisos y objetivos compartidos estaba el hecho de que todas éramos maestras trabajando juntas. Dos de nosotras estábamos allí como profesoras y seis como estudiantes, pero estábamos aprendiendo entre todas y entendiendo mejor cómo y por qué enseñar. El curso tenía el apoyo de la organización Futures Initiative que prepara educadores para ayudar a instructores de facultades y universidades públicas a llegar a más estudiantes y encontrar mayor gratificación en su trabajo; y estos objetivos conectados —enseñar, aprender, colaborar y esforzarse por cumplir en todos los sentidos– dieron forma a una increíble experiencia para todas nosotras durante el seminario. Se convirtió en una de esas preciosas experiencias educativas que resultan transformadoras. Todas contribuimos a aquel fenómeno, pero Yael fue una de las fuerzas más propulsoras, el catalizador que hizo que el seminario fuera particularmente significativo.

Yael tiene una habilidad maravillosa para escuchar realmente lo que dicen quienes la rodean y para transmitirles sus ideas. Parece florecer cuando trabaja con otros y contribuye a crear debate. Durante nuestro seminario, asumió los distintos roles de simpatizante, asistente, estudiante, maestra, colega, crítica (cuando fue necesario), y amiga; y sé que, en su trabajo con los jóvenes, se vuelve su mentora y su guía. Es ese entusiasmo y esa capacidad natural para comunicarse, junto con su compromiso con la educación y con una mentalidad abierta, lo que la convierte en la persona ideal para escribir esta guía. Y se trata de una guía muy necesaria en estos tiempos.

Vivimos en una época cultural de grandes posibilidades en la vida de muchas personas, con una sección creciente de una sociedad sofisticada que se muestra curiosa acerca de la sexualidad y del género, dotada de una mentalidad más abierta ante los muchos estilos de vida, relaciones y familias que los individuos pueden crear, con una mejor comprensión de cómo podrían ser la justicia social y la equidad en nuestras vidas íntimas y de por qué eso es importante. Sin embargo, todas estas posibilidades y crecimiento pueden también causar confusión e inestabilidad, y se enfrentan a una reacción política que parece querer silenciarlos, sofocarlos y dividirlos. Este puede convertirse en un terreno intimidante para muchos jóvenes (o incluso para personas mayores), y disponer de una guía práctica, informada y cuidadosa que lo abarque todo es un recurso invaluable. Yael es excelente para proporcionar conocimiento y claridad. Este libro ofrece información, sugerencias y pautas para ayudar a los lectores a encontrar y abogar por su propio placer y felicidad, y para tratar a sus compañeros sentimentales, y demás individuos, con amabilidad, honestidad y ética. Es una receta para el bienestar sexual y la salud personal.

Soy maestra de profesión, una apasionada creyente en la búsqueda y la práctica de la salud pública como un factor esencial para una sociedad llena de personas seguras y bien informadas. El conocimiento realmente es poder, y, mediante esta guía, Yael está ofreciendo a sus lectores un camino verdaderamente útil para el empoderamiento personal y para una mejor salud. Creo que sabrán apreciar su voz cálida, reflexiva y llena de conocimiento tanto como yo.

Dra. Ananya Mukherjea

Prólogo

Me considero un ser sexual prácticamente desde el primer día. Si bien no tengo recuerdos tempranos de masturbarme, tengo una larga historia de fantasear con actividades románticas y sexuales en pareja. Mis padres cuentan la anécdota de mi regreso a casa desde la casa de un vecino, cuando tenía 2 años, compartiendo alegremente la noticia de que acababa de recibir mi primer beso (léase: un roce de labios) de un niño mayor (5 años). Aquella experiencia alimentó años de fantasías, como lo documenta el diario esporádico que llevaba de niña, cuando me imaginaba, años después de que ese muchacho se hubiese mudado, nadando en una piscina y retozando con él.

Mi segundo beso (léase: segundo roce labial) ocurrió en el jardín de infantes, en la primera fila de los bancos de la iglesia, donde mis compañeros de clase y yo comenzábamos las mañanas cinco días a la semana. Mientras todos se ponían de pie para la siguiente oración, mi amiguito y yo nos agachamos, nos besamos y nos incorporamos a los demás. Si bien mi primer beso con lengua no sucedería hasta muchos años después, experimenté muchos enamoramientos y mantuve ideas románticas en la cabeza acerca de las cosas que podrían ocurrir con los chicos que me gustaban (las fantasías con mujeres no aparecieron sino hasta más tarde). Al reflexionar ya de adulta, esta historia de fantasías, junto con las sensaciones de calor en la parte baja del vientre mientras miraba programas de televisión que reflejaban lo que ahora identifico como mis tendencias kinky, me llevaron a reconocer mi naturaleza sexual.

[Advertencia de agresión sexual]

Mi primer beso propiamente dicho ocurrió cuando tenía 14 años. Aunque era joven, ya me había creado un complejo acerca de mi sexualidad. Específicamente, me sentía retrasada en cuanto a mis compañeros por no haber recibido un beso de verdad. No ayudó para nada el hecho de que mi primer beso ocurriera con James1, un muchacho que había tenido muchas novias y que compartió conmigo su reputación de ser excelente a la hora de besar, lo que me provocó ansiedad sobre mi propio desempeño y destreza. Desafortunadamente, compensé mi inexperiencia apresurándome hacia los actos sexuales. Mi novio, entusiasmado con la idea de que nos involucráramos en cualquier tipo de contacto sexual, comenzó a molestarme constantemente sobre cuándo iba a agraciarlo con su primera experiencia de sexo oral. Pero yo no estaba ni interesada ni preparada para ello. Lo había estado masturbando entre los estantes abandonados de una biblioteca cercana, y cuando estábamos solos en su casa, pero nunca había considerado completamente la idea de colocar mi boca alrededor de su pene. Durante un tiempo le resté importancia, descartando sus demandas y peticiones tan fácilmente como podía. Pero un día, James volvió a hacerme el reclamo mientras nos hallábamos en la última fila de butacas de un cine oscuro. Estaba cansada de rechazar constantemente sus peticiones y permanecí en silencio. Esta vez, no me salió la voz para decir que no. Estaba harta de tener que establecer límites repetidamente y de que no estuviesen siendo respetados. Mi silencio se interpretó como consentimiento, o casi consentimiento, y lo que ocurrió a continuación fue que empujó mi cabeza hacia su pene.

Hasta el día de hoy lucho con denominarlo agresión. Podría haber resistido, podría haber seguido diciendo que no, o podría haberle mordido el pene lo más fuerte posible. Sin embargo, lo amaba, con ese amor intenso y cegador que acompaña a las primeras relaciones, así que sencillamente accedí. Aquello se convirtió en un recuerdo y en una relación traumáticos que me llevó años superar con los hombres que siguieron. De hecho, a través del proceso de escribir este libro y gracias al movimiento #metoo, descubrí que se trata de algo que todavía me afecta.

[Fin de la advertencia]

James representó mi primera lección difícil acerca del sexo coercitivo. Desafortunadamente, esa estuvo lejos de ser mi única experiencia sexual negativa. Tanto las experiencias negativas como las positivas me han ayudado a moldear el ser que soy hoy. Siempre he sido una fuente de información relacionada con el sexo para quienes me rodean y me percaté de que, al escribir esta guía, puedo aumentar mi impacto. Imagino un mundo libre de violencia sexual y lleno de personas empoderadas sexualmente. Esta guía, aunque escribirla me resulte doloroso, es una de mis contribuciones para esa visión.

Este libro es para que las personas de cualquier identidad sexual aprendan a participar en relaciones sexuales estimulantes, consensuales y placenteras. Albergo la esperanza de que aquellos de nosotros que fuimos domesticados por la sociedad para ignorar nuestras necesidades encontremos algo de libertad a través de este libro. Para aquellos a quienes la sociedad enseñó que está bien ignorar las necesidades de los demás, espero también que este libro les ayude a reconocer la importancia de respetar y proteger a otros seres humanos, sin importar quiénes sean.

«Womxn» es un término en inglés, creado para representar la inclusión de mujeres transexuales y mujeres de color/no blancas que han quedado, y continúan quedando, fuera de los movimientos feministas (blancos).

Aunque mis narraciones personales, y aquellas de otros individuos, están marcadas por un género, las exposiciones, consejos, y recomendaciones que presento utilizan un lenguaje inclusivo para honrar las muchas formas en que amamos, nos aman, hacemos daño y nos hacen daño. Independientemente de su identidad sexual, cualquiera puede mostrarse agresivo, asertivo, pasivo o en papel de víctima, por lo tanto, no podemos borrar las experiencias de aquellos que no asumimos como víctimas potenciales. Al mismo tiempo, debemos ser conscientes de que normalmente la violencia, sexual y de otra índole, es perpetrada por hombres cisgénero, y está mayormente dirigida contra las mujeres cisgénero y/o transgénero. Por lo tanto, debemos luchar de forma deliberada por la sexualidad positiva y por la eliminación de la violencia sexual.

Agradezco a Mariela Pez Miana por su traducción de este libro y su trabajo para hacerlo lo más neutral posible en cuanto a género, a pesar de las limitaciones del español en ese aspecto. Agradeceremos las sugerencias de las personas que lean este libro y que escriban en lenguaje no sexista sobre temas trans y queer, de cara a mejorar el lenguaje inclusivo de este libro en futuras ediciones.

1 Los nombres de los personajes y de los colaboradores han sido cambiados, a menos que hayan solicitado lo contrario.

Agradecimientos

Hay muchas personas que me han ayudado a llegar a este punto. Soy increíblemente afortunada de tener una familia que me apoya y un entorno laboral y amigos que creen en mí. También me he beneficiado del acceso a programas, trabajos y puestos voluntarios que me han servido para ampliar conocimientos sobre la sexualidad positiva y el trauma. Pero antes de mis experiencias, profesionales y personales, está mi madre, Miledy.

El sexo en pareja era un tema del que hablábamos constantemente en nuestro hogar y sobre todo durante los trayectos en coche. Mamá estaba decidida a que sus tres hijas se sintieran preparadas cuando les tocara enfrentarse con cualquier situación sexual. Para mi madre, el sexo es algo hermoso cuando ocurre entre personas que se cuidan profundamente unas a otras de forma romántica. Aunque nunca alentó la actividad sexual en una relación temprana, aprecio el hecho de que nunca fingió que el sexo fuese privilegio de las parejas casadas. Fue realista al entender que no sería capaz de predecir cuándo ocurrirían nuestras primeras experiencias sexuales. En lugar de eso respondió a todas nuestras preguntas e insistió en que el tema del sexo era digno de debatirse. Sí que llegué a experimentar traumas sexuales, pero habría sido mucho peor si hubiese crecido en un hogar que ocultara información o que se avergonzara de mi sexualidad. Mi madre creó un espacio en el que me sentía cómoda haciendo preguntas y compartiendo mis experiencias. Ahora ayudo a crear ese mismo espacio para otros.

Quiero agradecer a mi hermana Arielle, que, a pesar de nuestras diferencias, nunca duda en apoyarme. Incluso cuando no está de acuerdo conmigo, respalda mis opiniones en mi defensa y en la de otros cuando no estamos presentes para hacerlo por nosotros mismos. Estoy orgullosa de la mujer en la que se ha convertido. También presumo de ella, ¡pues es la maquilladora y fotógrafa a cargo de mi imagen como autora!

Doy gracias a mis parejas sentimentales, actuales y anteriores, que han ayudado a dar forma a mis experiencias y me han llevado a este punto. Buenas o malas, esas experiencias me han puesto donde estoy hoy. Agradezco a la doctora Ananya Mukherjea no solo por escribir el prefacio, sino también por su apoyo constante a mi trabajo. Sus palabras me han ayudado a tener la confianza para compartir esto con todos ustedes.

Este libro no habría sido posible sin el increíble equipo de edición que se reunió para apoyarme. Carmine Couloute, Marcia Suárez y David Dudovitz han sido fundamentales para ampliar mi comprensión de perspectivas e identidades diferentes a la mía. Carmine siempre proporciona un aura de tranquilidad que me ha ayudado a superar varios días difíciles. Marcia ha sido mi compañera y amiga en varios proyectos y siempre me orienta cuando mi trabajo no es tan inclusivo como deseo que sea. David, en muy poco tiempo, me ha enseñado muchísimo y me inspiró para empezar a crear talleres que abarquen aquellas voces que no están completamente representadas en este libro. Annafi Wahed, fundadora de una fuente de noticias bipartidista, The FlipSide, me llamó la atención sobre las narraciones ausentes y me ayudó a quitar partes repetitivas. Paola Peña le dio a mi ego el estímulo que necesitaba para iniciar el proceso de edición cuando me pidió que tradujera el libro al español de modo que su madre pudiera leerlo. Oliver Estrella accedió amablemente a editar el libro, aunque acabábamos de conocernos. Al hacerlo, proporcionó información valiosa, particularmente al ser alguien menos familiarizado conmigo y con mi trabajo. Christine (Chrissy) Ramkarran formó parte de quienes me inspiraron inicialmente a escribir un libro después de que publicara Reliquia, una colección formidable de poemas bajo el nombre Christine Amrita. Editó dos borradores durante la creación de este libro, siempre ayudándome a mejorar el orden y el flujo de las palabras. Katherine Kolios, quien fue mi editora de contenido, ha estado editando mi trabajo durante gran parte de nuestra amistad, que ahora abarca más de 15 años. Es una escritora y editora fantástica y espero que pronto podamos escribir una obra de manera conjunta. Este libro ha crecido y mejorado gracias a las recomendaciones de ese maravilloso equipo y no estaría donde está ahora si no fuese por él.

Por último, gracias a todos aquellos que contribuyeron con sus voces, o con sus relatos, para la creación de este libro. Gracias a ustedes, este libro se beneficia de una gran diversidad de contenido, que ofrece a los lectores una oportunidad de sentirse representados en el texto. Estoy agradecida de que hayan elegido compartir partes de su vida personal con nosotros.

Introducción

Cuando decidí escribir este libro, una pareja me cuestionó diciendo: «libros sobre el buen sexo los hay a montones». Su comentario me obligó a cuestionarme acerca de cuál podría ser mi contribución al pequeño, aunque esencial, mundo de las guías sobre la sexualidad positiva. Creo que cada una de nuestras experiencias nos inspira y nos influye en la forma en que exploramos los espacios sexuales y me di cuenta de que mientras más historias se compartan, mejor. Es posible que no nos sintamos identificados con todas las experiencias vividas por una persona, pero cada vez que se comparte un capítulo o un momento particular de la vida de alguien, ello invita a los oyentes y lectores a ver partes de sí mismos reflejadas en él. Si bien nuestros caminos son únicos, podemos crear conexiones y unión entre los fragmentos aislados de experiencias. A lo largo del desarrollo de este libro, y de mi trabajo como educadora sexual, he entrado en contacto con innumerables individuos que se han visto reflejados en mis historias o con quienes me he sentido conectada a través de las suyas. Esa es la razón por la cual tanto mis propios relatos, como los de otras personas, abundan en este libro. Aprendí, mayormente por las malas, las lecciones que comparto en esta guía, y estoy dispuesta a difundirlas de modo que otras personas puedan evitar sentimientos similares de incomodidad y/o trauma en sus relaciones o experiencias sexuales.

Quiero comenzar este libro diciendo que no todos los encuentros sexuales serán fervorosos y memorables, y eso también está bien. Solo hay que recordar que cuando se define al sexo como malo porque no es placentero ni interesante, lo cierto es que aún proporciona una oportunidad para aprender. El sexo malo, cuando se caracteriza por ser doloroso, aterrador o desagradable, es justamente lo que este libro busca evitar a través de los consejos que se describen en él. Estoy agradecida de haber podido evitar relaciones sexuales dolorosas, atemorizantes o desagradables por medio de las técnicas expuestas en esta guía. También he sido capaz de permanecer lejos del sexo que no es gozoso porque he aprendido a concentrarme en mis necesidades mentales, emocionales y físicas. No podemos controlar que las acciones de otros nos garanticen relaciones sexuales sin traumas ni molestias, y no debemos sentirnos culpables cuando ocurren, pero, cuando priorizo mis necesidades emocionales, logro reducir el miedo si me asalta un recuerdo doloroso del pasado o si me siento amenazada.

Para algunos, el sexo positivo y placentero requiere la participación activa y voluntaria de la mente y del cuerpo, así como del corazón. Con frecuencia, cuando se excita la mente, el cuerpo no tarda en responder. Para otros, las reacciones físicas pueden ocurrir antes de que la mente o el corazón estén listos. Y hay quienes experimentan ambos fenómenos casi de manera simultánea. Participar del sexo responsable y satisfactorio requiere identificar y honrar tanto tus propias necesidades como las de aquellos con quienes mantienes relaciones. La parte I de esta Guía Personal se basa en desarrollar la conciencia de ti mismo, es decir, en que aprendas a conocerte. La parte II trata sobre la comunicación y el consentimiento: cómo desarrollar las herramientas necesarias para expresar tus deseos y límites al mismo tiempo que muestras respeto por los de los demás. Por último, la parte III ofrece un breve resumen de lo que necesitamos saber e incluye recomendaciones para la exploración y el descubrimiento.

El reconocer y abrazar todos los aspectos de mi sexualidad ha supuesto un largo viaje que todavía continúa. Es difícil compartir tanta información acerca de mí misma al desear que este libro llegue a muchos. No estoy acostumbrada a este grado de vulnerabilidad, pero creo que es importante compartir mis historias contigo para que puedas ver tu reflejo en algunas de ellas y permitas que tu vida se abra. He logrado llegar hasta aquí gracias a poder hablar abiertamente con amantes y amigos de confianza que me han contenido y apoyado en mi viaje de autoconocimiento. Incluso si tú, al leer esto, puedes encontrar ayuda para descubrirte a ti mismo como resultado de leer esta guía, escribirla no va a haber sido en vano.

Mensaje de la autora

Esta guía sirve como una introducción a una variedad de posibilidades y oportunidades para el autodescubrimiento y la exploración, así como reflexiones sobre mis propias experiencias y las de otros. Es posible que sientas incomodidad al leer ciertas secciones, o provocación al leer otras. Si esas sensaciones están ocasionadas por algo nuevo o extraño para ti, te insto a que sigas leyendo. Este libro crea un espacio seguro en el que puedes considerar ideas que previamente hayas evitado o considerado tabú. No necesitas probar nada que no desees probar, pero exponerte a estas ideas te ayudará a considerar nuevas posibilidades que quizás te resulten útiles.

Para aquellos que han experimentado traumas, es importante que se protejan si leen algo que les recuerda a sus propias experiencias. Escribir este libro me trajo recuerdos de mis propios traumas y tuve que tomarme descansos para protegerme. Utilizo la etiqueta [AA] antes de exponer un relato o un ejemplo donde trato la agresión sexual, por lo cual puedes elegir leerlo o pasarlo de largo. [F-AA] significa que la descripción del ejemplo ha finalizado. Por favor comprométete a utilizar técnicas de autoprotección tanto al leer este libro como en tu vida en general.

También hay a lo largo del libro muchas referencias a las partes del cuerpo, específicamente a los genitales, para evitar asociar esas partes del cuerpo con los sexos. Todos tenemos nombres diferentes para lo que existe entre nuestras piernas, así que lo que una persona podría denominar clítoris, concha o coño, otra podría denominarlo pene. Utilizo términos como «personas con penes» para aquellos que nacen con un pene, y sus genitales relacionados, o lo han obtenido quirúrgicamente. Este término implica que no todos los hombres nacen con pene y que no todas las personas que tienen pene son hombres. Por lo tanto, particularmente cuando hago referencia a la estimulación genital, usaré ese término en lugar de referirme a la persona por su sexo.

De manera similar, utilizo las palabras «personas con vulvas / vaginas / clítoris» para referirme a aquellas personas que nacen con vaginas y clítoris o que los han obtenido quirúrgicamente. Este término reconoce que no todas las mujeres nacen con vaginas y no todas las personas que tienen vaginas son mujeres. Aunque respeto todos los términos asociados con las partes del cuerpo, estoy generalizando para mantener la coherencia en el texto. Sé que para algunas personas la referencia a los genitales puede ser provocadora, por lo cual me disculpo. Estoy abierta a las recomendaciones de los lectores sobre cómo abordar este aspecto en futuras versiones de esta guía y estoy agradecida con mis editores que me han ayudado a pensar en cómo enfocar mejor este tema.

Tabla de Contenido

Dedicación

Prefacio

Prólogo

Agradecimientos

Introducción

Mensaje de la autora

PARTE I:

CAPÍTULO 1

CAPÍTULO 2:

CAPÍTULO 3:

CAPÍTULO 4:

CAPÍTULO 5:

PARTE II:

CAPÍTULO 6:

CAPÍTULO 7:

CAPÍTULO 8:

CAPÍTULO 9:

CAPÍTULO 10:

CAPÍTULO 11:

CAPÍTULO 12:

PARTE III:

CAPÍTULO 13:

CAPÍTULO 14:

CAPÍTULO 15:

CAPÍTULO 16:

CAPÍTULO 17:

Conclusión

Epílogo

Glosario

Recursos

PARTE I:

CONCIENCIA DE UNO MISMO

Yo era una chica que cedía su asiento a los hombres en el tren. Combatía contra niños más grandes que yo y acababa enredada en duelos dolorosos durante los recreos. Cargaba con mis propias bolsas, incluso cuando me dañaban la ya dañada espalda, y algunos jóvenes fuertes se ofrecían a llevarlas por mí. Me veía fuerte, independiente y feroz. Entonces conocí a Julián, un caballero alemán que, casi contra mi naturaleza, me enseñó que soy una reina. Él mantenía ideales tradicionales y heterosexuales, como pagar la cena y cargar con mis artículos pesados, pero más que eso, Julián me mostró lo que se siente cuando te disfrutan sexualmente durante horas. Aprendí a perder la cuenta de mis propias eyaculaciones y a poner toallas para proteger la cama sin sentir vergüenza. Me sentía francamente incómoda con las demostraciones no sexuales de cariño, la feminización y la adoración que recibía a montones. ¡Sin embargo, superé la resistencia y aprendí que es bueno ser una reina!

Me enorgullezco de ser una mujer fuerte, independiente y feroz, pero aprendí que puedo apreciar que me cuiden, me asistan o me consientan. Mi poder proviene de reconocer y respetar esas preferencias. A lo largo de los años he aprendido mucho sobre mí misma, mis necesidades y mis deseos. Esto ha incluido mi sexualidad, mi estilo a la hora de formar pareja, mis identidades sexuales y el establecimiento de límites en las relaciones. Al igual que con otras identidades, éstas tienen el potencial de cambiar y crecer, pero por ahora, estar en contacto conmigo misma me proporciona seguridad y estabilidad. Esta sección del libro se centra en descubrir e identificar el ser en relación con el sexo.

CAPÍTULO 1

Gente Almohada, Adoradores y Quienes caen en Medio


Algo importante que aprendí gracias a Julián fue que he de estar con parejas que no solo aman mi cuerpo, sino que también disfrutan obteniendo placer de él. Cuando elijo parejas que tienen pene, me considero una amante almohadón porque me encanta que me coman con frecuencia pero no me siento inclinada a practicarles sexo oral a mis parejas con la misma regularidad. Sin embargo, el placer de mi pareja es increíblemente importante para mí, por lo cual elijo parejas cuyo placer está vinculado a que yo disfrute, sabiendo que recibirán placer físico durante los actos que implican penetración. Con personas que tienen vulvas, mi identidad cambia a una de amante equilibrada porque deseo ser capaz de proporcionarles el mismo placer que me procuran, lo cual generalmente ocurre a través de la reciprocidad.

Normalmente, antes de tener relaciones con una persona, hablo con ella para evaluar sus necesidades sexuales y el estilo de intercambio en que está interesada. Para aquellos de nosotros que somos sexuales, hay un espectro de identidades sexuales ligadas al tipo de intercambio, que puede ir desde los adoradores del cuerpo / genitales / vulva / pene hasta la gente almohada (princesas, príncipes y personas). Quiero señalar que puede haber prejuicios asociados a estos términos dependiendo de dónde te encuentres en el rango mencionado, especialmente con la gente almohada. La clave es encontrar personas que sean compatibles con tu identidad sexual y consultarlas de manera regular para asegurarte de que se sientan atendidas, deseadas y apreciadas.

¿Dónde caes tú en la escala que va de la persona almohada al adorador?

Responde a cada pregunta tan honestamente como puedas. Sé realista. Es probable que ya tengas una buena idea de dónde te encuentras en esta escala, pero tal vez tengas dificultades para articularlo (¡o quizás no!). Independientemente de cómo valores tus respuestas, esta información puede resultarte útil. Quizás descubras que, en diferentes circunstancias, asumes identidades distintas. Utiliza las preguntas como una guía para determinar dónde caes en el espectro y cuál de las descripciones te parece más adecuada. Si en la actualidad no eres sexualmente activa, o sexualmente activo, utiliza experiencias pasadas o intuiciones sobre cómo puedes llegar a sentirte en el futuro.

1. Cuando te estás preparando para masturbarte, miras / lees / o te imaginas a ti mismo (o a un personaje que te representa) practicándole sexo oral a alguien.

(1) Siempre (2) Con frecuencia (3) A veces

(4) Raramente (5) Nunca

(6) Solo con una persona específica

2. Cuando te estás preparando para masturbarte, miras / lees / o te imaginas a alguien practicándote sexo oral (o a alguien que te representa a ti en la escena).

(1) Siempre (2) Con frecuencia (3) A veces

(4) Raramente (5) Nunca

(6) Solo con una persona específica

3. Tu escena sexual preferida implica movimientos acrobáticos o aeróbicos por parte de todas las personas involucradas.

(1) Siempre (2) Con frecuencia (3) A veces

(4) Raramente (5) Nunca

(6) Solo con una persona específica

4. Tu escena sexual favorita implica un esfuerzo mínimo de tu parte o un movimiento autopropulsado.

(1) Siempre (2) Con frecuencia (3) A veces

(4) Raramente (5) Nunca

(6) Solo con una persona específica

5. Disfrutas planificar las experiencias sexuales y todas las formas en las que puedes complacer a tu pareja y cumplir sus deseos, impliquen o no un contacto genital directo.

(1) Siempre (2) Con frecuencia (3) A veces

(4) Raramente (5) Nunca

(6) Solo con una persona específica

6. Durante el acto sexual, prefieres relajarte mientras tu pareja te complace y disfruta con tu placer.

(1) Siempre (2) Con frecuencia (3) A veces

(4) Raramente (5) Nunca

(6) Solo con una persona específica

7. Masturbar a tu pareja, o practicarle sexo oral, te excita y te estimula.

(1) Siempre (2) Con frecuencia (3) A veces

(4) Raramente (5) Nunca

(6) Solo con una persona específica

8. Masturbar a tu pareja, o practicarle sexo oral, te sienta como una obligación o una responsabilidad.

(1) Siempre (2) Con frecuencia (3) A veces

(4) Raramente (5) Nunca

(6) Solo con una persona específica

9. El placer de tu pareja es importante para ti.

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