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Guía Introductoria A Una Sexualidad Positiva

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  • Текст добавлен: 4 марта 2022, 11:25

Текст бизнес-книги "Guía Introductoria A Una Sexualidad Positiva"


Автор книги: Gonzalez R. Rosenstock Yael


Раздел: Личностный рост, Книги по психологии


Текущая страница: 2 (всего у книги 3 страниц)

(1) Siempre (2) Con frecuencia (3) A veces

(4) Raramente (5) Nunca

(6) Solo con una persona específica

10. Tu propio placer es tu interés principal.

(1) Siempre (2) Con frecuencia (3) A veces

(4) Raramente (5) Nunca

(6) Solo con una persona específica

Resultados

Persona Almohada (Has elegido “siempre” o “con frecuencia” para todas, o gran parte, de las preguntas 2, 4, 6, 8, y 10, mientras que has respondido “nunca” o “raramente” para todas, o gran parte, de las preguntas 1, 3, 5, 7. Has elegido “a veces”, “raramente” o “nunca” para la pregunta 9).

Te gusta relajarte y que te complazcan. Ves el sexo contigo como una fuente de placer para los demás, o posiblemente no te importe el placer de los demás. De cualquier manera, una buena experiencia sexual implica que tu orgasmo ocurra a través de la atención directa. La otra persona puede llegar al orgasmo a través de un esfuerzo mínimo de tu parte o tal vez no lo logre en absoluto.

Amante Almohadón (Has elegido “con frecuencia” para todas, o gran parte, de las preguntas 2, 4, 6, y 10 y “a veces” o “con frecuencia” para la pregunta 8, mientras que has elegido “raramente” o “a veces” para todas, o gran parte, de las preguntas 1, 3, 5, y 7. Has elegido “con frecuencia” o “siempre” para la pregunta 9).

Al igual que con una persona almohada, te encanta recibir. Sin embargo, el placer de tu pareja es importante para ti y te gusta asegurarte de que esté disfrutando. Puede que prefieras que su disfrute implique menos acción de tu parte, pero te entusiasma complacer a tu pareja directamente si eso es lo que se necesita para que alcance el placer.

Equilibrado / Dar-Recibir (Tus respuestas pueden estar mezcladas, pero en general indican que te gusta dar y recibir en igual medida).

Disfrutas recibir placer sexual pero también te encanta proporcionarlo. No llevas la cuenta porque te complace dar placer si tu(s) pareja(s) siente(n) lo mismo. Sin embargo, puede que empieces a llevar la cuenta de los orgasmos que has facilitado si sientes que te descuidan. Por otro lado, puedes sentir entusiasmo ante la posibilidad de “malcriar” a una pareja (o parejas) que se lo merecen.

Complaciente (Has elegido “con frecuencia” para todas, o para la mayoría, de las preguntas 1, 3, 5, y 7 y has respondido “siempre” o “con frecuencia” para la pregunta 9, mientras que te has decantado por “raramente” o “a veces” para todas, o para la mayoría, de las preguntas 2, 4, 6, y 8, independientemente de la respuesta que escogieras para la pregunta 10).

Si bien disfrutas recibiendo placer, incluso si te lleva al orgasmo, lo que realmente te deleita es ser la causa del placer de los demás. Te apasiona y te motiva saber que puedes proporcionarle satisfacción a alguien. Disfrutas ideando formas nuevas y creativas de complacer a tu(s) pareja(s).

Adorador del cuerpo / genitales / vulva / pene (Has elegido “siempre” o “con frecuencia” para todas, o gran parte, de las preguntas 1, 3, 5, y 7 y has respondido “siempre” para la pregunta 9, mientras que has escogido “nunca”, “raramente” o “a veces” como respuesta para todas, o gran parte, de las preguntas 2, 4, 6, y 8, cualquiera sea la respuesta de la pregunta 10).

Al igual que con un Complaciente, el placer de tu(s) pareja(s) es primordial para ti. Sin embargo, aún hay más. ADORAS y te deleitas en hacer que el(los) cuerpo(s) de tu(s) pareja(s) vibren con energía sexual. Te encanta mirar, probar, tocar y oler. Puedes pasar largas horas, posiblemente un día entero, complaciéndolos y haciéndolos gemir. Cuando fantaseas o te masturbas a menudo imaginas nuevas formas de excitarlos. Para algunos, su propio placer está tan directamente relacionado con el placer que provoca a otros, que alcanzar su propio orgasmo puede ser una ocurrencia tardía.

Específico de la persona: a veces aparecen personas en nuestras vidas que provocan que nuestro comportamiento cambie. Puede que te hayas etiquetado como un Amante Almohadón, o uno Equilibrado, y cuando aparece una nueva pareja, te conviertes en un Complaciente, un Adorador o una Persona Almohada. A veces, se trata de nosotros mismos en la aventura de descubrir nuevas facetas de nuestra personalidad. Otras veces, puede estar relacionado con el olor o con las feromonas de esa persona, los sonidos que emite, su sabor o la forma en que nos sentimos emocionalmente con respecto a ella.

Quisiera añadir los roles de Demi-princesa, Demi-amante-almohadón, Demi-complaciente y Demi-adorador. He creado estos calificativos basándome en el término «demi-sexual». Describen individuos que requieren una fuerte conexión romántica antes de formar pareja con alguien. Dentro de las relaciones en las que se sienten menos conectados, pueden hallarse en cualquier otra parte del espectro.

***El término Princesa-almohada se acuñó como un insulto para la lesbiana que no tiene interés en la reciprocidad sexual, una «femme de piedra». Sin embargo, ha cambiado desde entonces. Con independencia de su género, cualquiera puede ser una Persona-almohada. Además, aunque originalmente tenía la intención de ser un mote negativo, he hablado con individuos y leído blogs sobre personas que disfrutan de la gente-almohada. Sin embargo, puede ocurrir que, si una persona ha experimentado un trauma, posiblemente no se sienta segura de participar en ciertos actos. Es importante hablar con tus compañeros o compañeras sexuales y conocer sus experiencias y necesidades. Quiero enfatizar que hay que priorizar el cuidado de los demás y aprender a dispensar esos cuidados es tarea ineludible de todos aquellos que están involucrados en una relación. ***

CAPÍTULO 2:

Entiende Tus Sexualidades

Ya hemos hablado de los distintos roles que puedes desempeñar durante una experiencia sexual (desde el punto de vista de dar y recibir). Esta sección habla de lo que te estimula. Por ejemplo, hay personas demi-sexuales que requieren un vínculo emocional para excitarse. Están quienes disfrutan de los juegos de poder y otros cuyo enfoque sexual está en determinadas partes del cuerpo, como los pies. Para algunos la atracción se relaciona directamente con ciertas identidades sexuales y para otros dichos factores son irrelevantes. Todos tenemos cosas que nos encienden la pasión y otras que la apagan. Aunque la palabra «sexualidad» se refiere comúnmente a la orientación sexual, elijo incorporar todo lo que se enumera en este párrafo, incluida la tendencia a dar y/o recibir, como parte de la sexualidad de una persona.

Hay aspectos de nuestra sexualidad, como las identidades que nos atraen, que con frecuencia están determinados antes de nacer. Con esto quiero decir que generalmente nacemos con una orientación sexual y, finalmente, cuando empezamos a sentirnos atraídos hacia los demás, es cuando descubrimos la naturaleza de esa orientación sexual. Otras partes de nuestra sexualidad pueden verse influidas por las experiencias que hemos vivido, tanto positivas como negativas. A medida que leas acerca de las diferentes identidades y experiencias expuestas aquí, abre tu mente a la diversidad y evita desvalorizar las preferencias de otros. Con independencia de que te guste, o de que lo entiendas o no, no hay excusa válida para despreciar el estilo de vida de otras personas. Puede que incluso descubras que formas parte de ciertas comunidades de las que jamás habías oído hablar. He elegido resaltar algunas de las identidades sexuales que caen fuera de la norma, porque las que ya están normalizadas son ampliamente conocidas. Te animo a que explores algunas identidades poco conocidas, o sin determinar, a medida que avanzas con la lectura de este libro.

La(s) Identidad(es) Sexual(es) de tus Amantes

La orientación sexual determina hacia quién sientes atracción. Generalmente se adquiere antes de nacer1 y se hace evidente en cuanto comenzamos a experimentar atracción hacia los demás. Hay personas que tienen claras sus tendencias desde una edad muy temprana, mientras que otras crecen y forman familias antes de reconocer plenamente su sexualidad. La orientación sexual puede convertirse en un viaje con múltiples paradas hasta que el individuo encuentra la identidad que mejor se ajusta a su personalidad. Aprender acerca de las diferentes sexualidades no cambia la tuya, pero puede suceder que te des cuenta de que tu sexualidad no es lo que pensabas que era. Es posible que te hayas considerado bastante convencional en el terreno sexual hasta que descubres que tienes tendencias traviesas. Dicha revelación no significa que te «hayas convertido» en un ser distinto.

Si un hombre cis flirtea con una lesbiana, ella sigue siendo lesbiana. Si alguien que no pertenece al género o al sexo por el que sientes atracción flirtea contigo, tu sexualidad permanecerá inalterada. Esto es causa de preocupación para algunos individuos cis-heterosexuales y ha conducido a la ira y a la violencia. La sexualidad no es un resfriado que puedas pillar. La defensa de tu sexualidad jamás debería ser una excusa para la violencia contra otra persona.

A pesar de la expectativa heteronormativa de que los individuos queer deben «descubrir» su sexualidad, mientras que la gente heterosexual sencillamente existe, lo cierto es que se trata de un descubrimiento para todos. Sin embargo, dado que la norma social es heterosexual, puede resultarte difícil reconocer tu identidad si tienes tendencias queer porque no te verás representado en la sociedad. También sucede que mucha gente asume una identidad heterosexual, lo cual con frecuencia induce a aquellos que no se identifican como heterosexuales a tener que anunciar su sexualidad, o anunciar «que han salido del armario», para poder ser vistos. Existe una mayor marginación de aquellos que no se identifican con ninguno de los componentes del par binario gay-lesbiana / heterosexual. Mientras utilizaba una aplicación de citas para mujeres que buscan mujeres, contacté con una lesbiana bifóbica. Se sentía atraída hacia mí, pero no paraba de ignorar la manera en que yo me identifico y me aplicaba sus propias etiquetas. Se la pasaba hablando sobre mi identidad y empecé a sentir que mi orientación sexual era el único tema de discusión. Incluso dentro de la comunidad queer, existe bifobia y una aversión o desconfianza hacia aquellos que se sienten atraídos por más de un género o sexo. A aquellos que no encuentran su lugar en el par binario a veces se los considera insaciables o confundidos, lo cual anula sus experiencias en el terreno de la atracción y del amor.

Si tienes curiosidad por saber dónde encajas, o por entender mejor la diversidad que existe con respecto a las identidades sexuales, echa un vistazo a la siguiente lista. Incluyo las orientaciones sexuales conjuntamente con las románticas por cuestión de espacio, a excepción de la orientación asexual y la orientación arromántica, pues quienes caen en esas categorías con frecuencia sufren más invisibilidad. La orientación sexual hace referencia a la clase de personas que te atraen sexualmente. La orientación romántica se refiere a la clase de personas con quienes te gustaría estar en una relación romántica, que puede o no diferir de la gente por la que te orientas sexualmente. Por ejemplo, algunos individuos bisexuales son heterorrománticos porque experimentan atracción sexual hacia más de un género, pero solo consideran los géneros distintos al propio para constituir relaciones románticas serias, a largo plazo.

La siguiente lista no es exhaustiva. Te animo a que continúes buscando información, especialmente si no te sientes representado, o representada.

Androsexual: persona que siente atracción hacia individuos que presentan características masculinas.

Asexual: persona que no experimenta atracción sexual.

Arromántico/a: persona que no experimenta atracción romántica.

Bicurioso/a: persona que experimenta inseguridad en su atracción hacia diferentes géneros.

Birromántico/a, Bisexual: persona que se siente atraída hacia más de un género. La definición depende del individuo, que puede experimentar atracción hacia hombres y mujeres cis y/o trans, y hacia otros géneros también. La atracción hacia diferentes géneros no necesita estar dividida en partes iguales para ser considerada bisexual.

Demirromántico/a, Demisexual: persona que requiere un vínculo emocional fuerte antes de experimentar una respuesta romántica o sexual.

Gay: con frecuencia se utiliza para identificar hombres que solo sienten atracción hacia otros hombres, pero puede referirse a alguien que experimenta atracción exclusivamente hacia los miembros de su propio sexo o género.

Ginosexual: persona que siente atracción hacia individuos que presentan características femeninas.

Heteroflexible: persona que se siente atraída mayormente hacia aquellos que forman parte del género opuesto2 pero que pueden excepcionalmente sentir atracción por individuos específicos de su mismo sexo o género.

Heterorromántico/a, Heterosexual: persona que se siente atraída hacia el que tradicionalmente se considera su sexo opuesto.

Homoflexible: persona que generalmente se siente atraída por personas que comparten su sexo o género pero que pueden hacer excepciones con individuos específicos de otro género.

Homorromántico/a, Homosexual: persona que se siente atraída hacia aquellos que comparten su sexo o género.

Lesbiana: mujer que se siente atraída hacia otras mujeres.

Panromántico/a, Pansexual: persona que se siente atraída hacia otras personas independientemente de su sexo o género.

Queer: persona cuya identificación cae fuera del espectro sexual (o de género) de los heterosexuales (o cisgénero). En relación a la sexualidad, puede incluir lesbianas, gays, bisexuales, pansexuales, etc. Se trata de un término común utilizado por las generaciones más jóvenes, sin embargo, fue antiguamente utilizado de forma negativa por lo cual las generaciones mayores tienden a evitarlo.

***

Un aspecto importante en la práctica de la sexualidad positiva es tener una buena perspectiva de ti mismo y sentirte seguro de quién eres. Durante años luché por definir mi identidad sexual. En la escuela secundaria me consideré heterosexual de un 80% a un 85% porque sabía que mi interés en Halle Berry y en otras actrices era más que admiración: era atracción. Tuve la misma conversación una y otra vez con una amiga durante años, porque no lograba reconciliar el hecho de ser queer con el de sentir aversión hacia las vulvas y vaginas. Incluso después de experimentar una respuesta semi-erótica a un masaje sensual platónico con una amiga en la universidad, seguía convencida de que todavía debía ser heterosexual porque ser bisexual no estaba del todo bien e ignoraba la variedad de orientaciones sexuales que existen. No me había dado cuenta, sino hasta estos últimos años, de que sentía una aversión similar hacia los órganos genitales en general, pero mi experiencia sexual coercitiva durante la adolescencia había normalizado los penes.

Al final descubrí que en realidad soy queer y que mi identidad puede fluctuar entre queer y pansexual. Ello significa que siento atracción hacia la gente y las personalidades independientemente de su sexo o género. Lo más fácil para mí es atraer y salir con hombres cisgénero, posiblemente debido a mi extensa experiencia con ellos, pero sea quien sea la persona con la que salga, mi sexualidad no cambia.

Mi experiencia no es única. Aquellos que consideran su identidad como pansexual, asexual, arromántica, demi-sexual u otra menos conocida pueden tener dificultades a la hora de entender y conceptualizar sus sentimientos y experiencias debido a la falta de representación y discusión en la sociedad. Esto puede ocasionar confusión, malestar y una sensación de soledad. Si no logras entenderte a ti misma, o a ti mismo, espero que la lista previa te haya ayudado a identificar alguna comunidad en la que puedas sentirse incluida. Ten en cuenta de que independientemente de que encuentres o no una etiqueta que se adapte a ti, tus experiencias son válidas. Ya sea que salgas con más miembros de un sexo que del otro, o que sientas atracción sexual hacia alguien solo cuando tiene lugar una conexión romántica profunda, o incluso si nunca experimentas atracción sexual, sigue tus instintos.

Sexo vainilla, «Kinksters» y BDSM

Recuerdo vagamente hallarme frente a la televisión cuando era pequeña y ver un episodio particular de «La Niñera». El Sr. Sheffield sujeta a Fran, la niñera, y la reprende por comportarse como un infante. La coloca sobre su regazo diciendo que, si insiste en comportarse como una niña, recibirá el trato correspondiente y le da unas nalgadas. Fran protesta y grita con su típica voz nasal pero luego parece considerar la excitación que le provoca el suceso. Recuerdo esa escena, sea que haya sido real o que la haya soñado, debido a las sensaciones que provocó en mi cuerpo. Me excitó, aunque no lo sabía por falta de experiencia. A medida que fui creciendo, me empezó a atraer la novela romántica y, más tarde, la de género erótico que se centra en el juego del poder y la sumisión.

Como feminista joven y orgullosa que era, me resultaba difícil aceptar que sentía deseos de experimentar sumisión, aunque solo fuera en un aspecto específico de mi vida. Considero que mi naturaleza es en general dominante y cuando conozco nuevas personas, éstas tienden inicialmente a describirme como dominante, agresiva y apasionada. Esta yuxtaposición me provocaba confusión y vergüenza. No ayudó el hecho de que exista un debate dentro del mundo feminista sobre si la sumisión puede ser empoderadora o si es inherentemente degradante. El argumento es que la sumisión alimenta al patriarcado y, por lo tanto, incrementa la desigualdad que experimentan las mujeres en el mundo.

B: Bondage y disciplina

D: Dominación y sumisión

S: Sadismo

M: Masoquismo

Esta teoría me persiguió hasta que un día almorcé con un amigo y una amiga suya. No conversábamos sobre nadie en particular, pero la amiga se preguntó si alguien que disfruta de la sumisión sexual y del juego de poder puede también ser feminista. Su pregunta encendió esa parte de mí que disfruta el debate3. Alegué que decirles a las personas adultas con capacidad de consentimiento lo que pueden o no pueden hacer, o avergonzarlas por lo que hacen, las despoja de su poder. Conocerte a ti mismo, o a ti misma, y practicar, de manera consensuada, actividades sexuales o de otra índole que te brindan alegría, consuelo o entusiasmo es enriquecedor. Además, contrariamente a lo que ocurre en la sociedad en general, las personas involucradas en el sexo kinky mantienen conversaciones explícitas sobre las circunstancias y el contexto de la sumisión y la dominación que practican. A diferencia de lo que ocurre con el BDSM, la posibilidad de no optar por las situaciones sexistas, transfóbicas, racistas o capacitistas no existe en el mundo en general. Hay un poder implícito en el acto de elegir entre cuándo ser sumiso y cuándo no someterse. Al final de la conversación, ella y yo teníamos una nueva perspectiva sobre el feminismo y la sumisión, y sobre la posibilidad de integrar ambos, en lugar de obligarnos a optar solo por uno.

El sexo vainilla (o la gente vainilla) hace referencia a aquellos que se involucran en lo que se consideran prácticas sexuales tradicionales o convencionales. Al igual que ocurre con el sexo kinky, puede haber intimidad y amor, o puede tratarse de una experiencia principalmente física. La del misionero es probablemente la posición sexual más reconocida dentro del sexo vainilla y con frecuencia se asocia con parejas heterosexuales. Sin embargo, desafío la idea de que el sexo vainilla sea la norma porque imagino que existe un gran porcentaje de personas que pueden describirse como «avainilladas» o ligeramente «kinksters». Esto incluiría a las personas que disfrutan vendando los ojos de su(s) pareja(s) o incorporando bondage, alimentos, juegos de temperatura, lugares inusuales, etc., a sus experiencias sexuales. Lo que se considera sexo kinky suele abarcar un amplio rango, pero tiende a ser un término genérico para quienes tienen algún tipo de fetiche identificable y/o están interesados en los juegos de poder.

Mucha gente asume que al BDSM lo practican personas que han sufrido traumas sexuales y que lo que hacen no es saludable, pero las tendencias hacia el BDSM no implican necesariamente un trauma previo. Mi propio fetiche de sumisión sexual y nalgadas surgió antes de que ocurrieran mis experiencias negativas y por lo tanto habría existido independientemente de lo que viví. El BDSM puede también ser una forma saludable y segura para que las personas que han experimentado un trauma aprendan a lidiar con él. En particular, participar en juegos de dominación y sumisión puede crear espacios en que los sobrevivientes de un trauma conviertan las experiencias negativas en oportunidades para reclamar el control sobre su propia sexualidad después de que el abuso los haya dejado en una posición vulnerable. Leamos, por ejemplo, la historia de Rita R.

[AA – Incesto / Agresión sexual]

El Viaje de Rita R. hacia la Sexualidad

Siempre fui consciente de sufrir agresión sexual, pero lo negué porque el abusador era un miembro de la familia. Así que, durante años, tuve problemas con mi sexualidad y con mi cuerpo en general. No quería que nadie me mirara y decidí ser «modesta» para afrontar la situación (es decir, elegía formas modestas de vestir y evitaba los encuentros sexuales que sentía que podían ponerme en una posición sumisa). Esto dio paso a un hábito algo obsesivo en el que estaba permanentemente preocupada por controlar mi cuerpo de múltiples maneras, como comer y arreglarme de forma restrictiva, por ejemplo, afeitándome el vello corporal de manera constante. Estos comportamientos se fueron acumulando hasta crear una avalancha y durante un año sufrí de agitación, ataques de pánico, crisis de nervios y arrebatos.

Finalmente, logré conseguir atención profesional a través del apoyo de mi pareja. Mientras las sesiones de terapia me permitían hacer las paces con los demonios emocionales que me atormentaban, mi relación de pareja me permitió hacer lo mismo con los demonios físicos. Siendo que la intimidad física es generalmente un aspecto significativo de una relación romántica, mi pareja y yo exploramos formas de intimidad que no solo nos proporcionaran placer a los dos, sino que también me permitiesen sentirme segura y, por lo tanto, empoderada. Fue durante ese tiempo de exploración y experiencia que me di cuenta de que el juego de sumisión con alguien en quien confío es en realidad una forma de juego sexual placentera y terapéutica para mí. La confianza entre nosotros alivia la ansiedad que siento en relación a los conceptos de sexo y sexualidad, mientras que el juego de sumisión me permite suprimir la compulsión de controlar mi cuerpo.

[F-AA]

Preguntas de reflexión

1. Si no formas parte de la comunidad BDSM, ¿cuáles son tus suposiciones como alguien que la mira desde fuera? ¿Te ha dado la historia de Rita, o la mía propia, una nueva perspectiva con respecto a disfrutar del sexo kinky? ¿Existen situaciones en las que seas un poco kinky de las que no te hayas percatado previamente?

2. Si eres miembro de la comunidad BDSM, reflexiona sobre el camino que te llevó a donde te encuentras. ¿Te sientes bien con tus identidades y gustos o estás avergonzado/a de ellos? Si se trata de lo último, ¿considerarías desarrollar una percepción positiva de ti mismo/a en relación con el BDSM?

Si te interesa identificar tus fetiches, te recomiendo que vayas a bdsmtest.org para que encuentres la categoría en que te clasificas (de momento el sitio está solo en inglés). Al igual que con la orientación sexual, hay quienes pueden ser completamente de una u otra forma, pero a menudo hay partes de nosotros que caen en diferentes categorías, de modo que cuando reconocemos dichas partes, tenemos la oportunidad de explorar todas las identidades relacionadas a ellas.

Hay muchas formas de expresar tu lado kinky, así que nombraré algunas de las más comunes en las siguientes páginas. Mediante la exploración de una hoja con las opciones Sí/No/Quizás/Fantasía4, puedes familiarizarte con muchas otras. Asegúrate de explorar los términos desconocidos, ya sea que estés solo, o sola, o con personas a quienes no les importe ver imágenes extremas, pues algunas actividades involucran sangre, materia fecal, orina y otros fluidos corporales, así como escenas de extrema violencia física. Comenzaré con un desglose del acrónimo BDSM y agregaré más puntos a partir de allí.


El Bondage se refiere a cualquier técnica de restricción. Esto puede incluir cuerdas, bufandas, corbatas, etc. Las siguientes tres reglas son importantes para jugar de manera segura:

1. Realizar nudos que se puedan deshacer con facilidad. En caso de una emergencia, es importante que la persona que está atada pueda confiar en que la persona que la sujeta podrá liberarla de manera rápida y eficiente. Si se hace correctamente, esto no afectará el proceso de amarre ya que hay nudos que se mantienen bien hasta que se tiran de manera específica.

2. Investigar en cuáles partes del cuerpo, y con cuánta presión, puedes atar a alguien. Si no sabes lo que estás haciendo, se corre el riesgo de provocar daño a los nervios a corto plazo, así como de forma permanente. Esto puede ocurrir sin que el individuo se dé cuenta.

3. Nunca dejes a nadie atado durante demasiado tiempo, porque siempre existe el peligro de que requiera algo de inmediato y no pueda escapar. Esto puede traer como consecuencia un daño potencial a los nervios, del que no pueda hacerse nada al respecto si la persona está sola e inmóvil, así como otros posibles problemas de salud física y mental.

También es posible estar mentalmente atado a alguien, como ocurre con algunas de las siguientes dinámicas.

La disciplina incluye los métodos físicos y mentales utilizados para dominar a los sumisos. Esto puede tomar la forma de castigos físicos, privilegios reducidos o humillación.

La dominación / sumisión se refiere a las relaciones de poder. Hay diferentes grados de compromiso que van desde «escenas», en las que se representa esta dinámica, hasta condiciones de vida permanentes. La dinámica de amo / esclavo es un subconjunto de la de dominación / sumisión, e implica que una persona ejerce el control casi completo sobre otra. No es control completo ya que los esclavos y los sumisos consienten y confían en la protección y el control que la otra persona ejerce sobre ellos. Por lo tanto, aunque el amo o la persona dominante es responsable y da órdenes, el esclavo o sumiso tiene la opción de dar por finalizada cualquier situación mediante el uso de una palabra de seguridad predeterminada.

Entregar la confianza y el control a otra persona implica participar en actividades que son incómodas o que nos hacen ir más allá de nuestros límites. Se usa una palabra de seguridad cuando una situación ha ido demasiado lejos y se desea cancelarla abruptamente. A menudo, el uso de una palabra de seguridad conduce a una «atención posterior» inmediata. Dicha atención incluye todo aquello que tenga lugar al final de la escena o situación para garantizar que todos los miembros involucrados se sientan seguros y cómodos. Personalmente me gustan palabras como rojo para detener la situación y amarillo para indicar que se está llegando a un límite. Amarillo significa que la actividad en cuestión no debe ir más lejos, pero tampoco es necesario que finalice por completo ni requiere atención posterior.

Para el mundo exterior, puede ser difícil entender estas dinámicas y es posible que no parezcan consensuadas. Esto supone un problema a la hora de buscar atención médica de rutina para aquellos que participan en la mutilación corporal y el castigo físico. Si los profesionales médicos informan a las autoridades5, la participación en prácticas de BDSM puede considerarse agresión o abuso según las leyes locales sobre lo que se considera un comportamiento aceptable.

Sadomasoquismo. El sadismo se refiere a aquellos que disfrutan de infligir dolor a los demás, mientras que el masoquismo se refiere a aquellos que obtienen gratificación cuando experimentan dolor. Ambos pueden a menudo manifestarse sexualmente. No es de sorprender que estas personas puedan satisfacer las necesidades de los demás al incorporar experiencias dolorosas en sus relaciones y en su vida sexual.

Switch es alguien que ejerce tanto roles dominantes como sumisos. Pueden cambiar dentro de una relación específica o mostrarse sumisos frente a una persona y dominantes frente a otra.

Los Brats, o mocosos, son individuos que caen en la agrupación inferiores / sumisos, pero no son realmente sumisos. Frustran intencionalmente a la persona que los domina para manipular la situación y recibir el castigo que buscan.

Los fetiches se manifiestan de muchas formas. Pueden incluir tendencias naturales o aquellas que hayan surgido como consecuencia de un trauma. Los fetiches incluyen la fascinación sexual con ciertas partes del cuerpo, fluidos corporales, actividades específicas, así como «tipos» de personas (tipos particulares de cuerpo, raza, color de cabello, etc.).

Los voyeurs son aquellos que disfrutan contemplar a otros participar en actividades sexuales.

Los exhibicionistas disfrutan tener sexo en lugares públicos mientras se los observa o cuando corren el riesgo de ser descubiertos. Las fiestas sexuales son ideales tanto para voyeurs como para exhibicionistas, ya que están destinadas a esas actividades.

Esto proporciona una idea de algunos de los roles contenidos en el término kinky o BDSM. Otros incluyen papá/niña, nalgadas, doctor/paciente, cachorros, etc. Si estás interesado en explorar tu sexualidad kinky, el sitio fetlife.com sirve como una plataforma de redes sociales donde puedes trabar amistad con otros «kinksters», buscar eventos cerca de ti, y ver o leer las hazañas de otros.

Hoja Sí/No/Quizás/Fantasía

Este es solo un ejemplo de una hoja que te permite explorar tu naturaleza kinky. Una hoja real abarcaría varias páginas. La clave explica quién está realizando la acción y sobre quién se está realizando la acción.

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